El abogado defensor de los ocho rugbiers, Hugo Tomei, apuntó a una supuesta "incongruencia" entre la imputación original y la planteada por la acusación en sus alegatos por lo que solicitó la absolución de los acusados o, en caso de ser condenados, pidió encuadrar el hecho como un "homicidio en riña", el cual prevé una pena máxima de seis años de prisión.

Además durante la jornada, los ocho acusados brindaron sus últimas palabras ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores el cual dará a conocer su sentencia el próximo 6 de febrero.

Los rugbiers pidieron "disculpas" a la familia de la víctima al tiempo que expresaron sentirse "arrepentidos" por el hecho. También afirmaron que "no hubo ningún plan de matar" y que lamentaban "la muerte de un joven" de su misma edad.

En lo que fue la última audiencia del juicio, que se inició pasado el mediodía, Tomi manifestó que "no se pudo comprobar el plan para matar en esos siete minutos que la fiscalía descubrió" y que "no hubo estado de indefensión, bajo ningún concepto".

El defensor planteó de manera subsidiaria que se aplique la figura de "homicidio simple con dolo eventual", que prevé una pena de prisión de 8 a 25 años, y que "se distribuyan las participaciones que el tribunal entienda".

También propuso de manera alternativa "el homicidio preterintencional", cuya pena es de hasta 6 años de cárcel.

Minutos antes del inicio de los alegatos de la defensa, Graciela Sosa, madre de Fernando, dijo sus últimas palabras ante el tribunal, y sostuvo: "La verdad que nunca pensé que estaría en este lugar. Siempre pensé que algún día mi hijo se recibiría y estaría viendo cómo él defendería a la gente, pero nunca que estaría presenciando el asesinado de mi hijo. Que paguen lo que hicieron."