En un acto cargado de historia, coraje y denuncia, Cristina Fernández de Kirchner volvió a levantar la voz del pueblo peronista. En el Día de la Resistencia Peronista, conmemorando los 69 años de los fusilamientos de José León Suárez, la expresidenta encabezó un acto en la sede del Partido Justicialista acompañada de dirigentes, sindicalistas, artistas, legisladores y una militancia movilizada que la sigue reconociendo como su principal referente.

El evento fue mucho más que una conmemoración: fue una demostración de fuerza ante el inminente fallo de la Corte Suprema por la causa Vialidad, que podría condenar a Cristina a seis años de prisión. La propia exmandataria lo dejó en claro: “Va a pasar porque tienen miedo”, denunció, aludiendo al poder económico y mediático que busca silenciarla. Y agregó con firmeza: “Hay momentos en los que estar presa es un certificado de dignidad”.

Contra Milei y el poder real

Durante su discurso, Cristina apuntó con fuerza contra el gobierno de Javier Milei, al que calificó como “cachivache” y vaticinó su fracaso: “Estos modelos fracasaron siempre, y este no será la excepción”. También fue clara al señalar a los verdaderos enemigos del pueblo: el Grupo Clarín y el llamado “Partido Judicial”, al que describió como una “guardia pretoriana del poder económico”.

“Mientras al pueblo cada vez le va peor, a ellos cada día les va mejor”, denunció. Con nombre y apellido, puso sobre la mesa las conexiones entre medios, justicia y grandes grupos empresariales que manipulan la democracia para perseguir a quienes representan los intereses populares.

Unidad, historia y memoria

Cristina habló de la importancia de conocer la historia para poder construir el futuro. Reivindicó la memoria de los fusilados, de perseguidos como Hipólito Yrigoyen o el Chacho Peñaloza, y recordó que la “grieta” no comenzó en 2003 sino que es la consecuencia de un conflicto permanente entre los intereses del pueblo y los de las minorías privilegiadas.

Llamó a construir una unidad que no se base en egos personales, sino en el objetivo de derrotar al modelo de exclusión. “La unidad no es que el primero sea yo, sino que sea la construcción de la victoria, como en 2019”, afirmó, apostando a una alternativa amplia, nacional y popular que vuelva a recuperar el rumbo del país.

“Soy una fusilada que vive”

En una de las frases más impactantes de la jornada, Cristina evocó el intento de asesinato que sufrió en 2022 y lo conectó con los fusilamientos de José León Suárez, recordando la célebre frase de Rodolfo Walsh: “Yo soy una fusilada que vive”. Una línea que sintetiza la resiliencia de quien, pese a todo, sigue de pie y con convicción intacta.

Con la militancia, en la calle

Finalizado el acto formal, Cristina salió a saludar a la multitud que la esperaba afuera del PJ. Allí volvió a dejar en claro que la persecución judicial no va a frenar la lucha. “Este modelo es inviable. Creen que lo van a solucionar metiéndome presa. Estaré presa, pero la gente va a estar cada vez peor”, dijo, ante aplausos y cánticos.

También alertó sobre la crisis económica y el endeudamiento, y advirtió: “Apuntan a que, cuando esto se caiga, no haya una alternativa organizada. Pero no lo van a lograr: los peronistas estamos acá y vamos a seguir estando”.

Y en un cierre picante, disparó contra quienes niegan los 30.000 desaparecidos: “¿Dónde están los 9 mil? Decímelo, dale, manga de descerebrados y descerebradas”.

Cristina, presente y con futuro

A pesar de la persecución, los fallos y el aparato mediático en su contra, Cristina volvió a mostrar que está viva políticamente, lúcida y dispuesta a dar batalla. No habla desde la comodidad: habla desde la historia, la resistencia y el amor por un pueblo que no se resigna.