Tras el fallo que la deja fuera de la contienda electoral, la expresidenta denunció una maniobra de disciplinamiento político orquestada por el poder real y ejecutada por una Corte Suprema a la que calificó como "ficción jurídica".
Minutos después de que la Corte Suprema de Justicia dejara firme su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, Cristina Fernández de Kirchner habló desde la sede del Partido Justicialista Nacional y fue directa: denunció que no se trata de una decisión jurídica, sino de una proscripción política ejecutada por el poder judicial en beneficio de los grandes grupos económicos.
“Al cepo del salario que impone el gobierno de Javier Milei, ahora el partido judicial le suma el cepo al voto popular”, afirmó la expresidenta, vinculando el ajuste económico con una restricción deliberada de los derechos democráticos.
Cristina apuntó de forma contundente a la Corte Suprema —integrada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti—, pero fue más allá del plano institucional: “No se confundan, estos tres monigotes que fingen ser Corte Suprema responden a mandos muy por encima de ellos. Esto no es una cuestión jurídica ni de la oposición. Es el poder económico concentrado de la Argentina”.
Durante su discurso, recordó el intento de magnicidio del 1º de septiembre de 2022 y la reacción mediática posterior. “Un diario tituló ‘La bala que no salió, pero el fallo que sí saldrá’. Más clarito, echale agua”, lanzó.
Cristina denunció que su exclusión política tiene un calendario perfectamente sincronizado con el cronograma electoral. “No van a repetir el error de 2019. Entonces pensaron que estaba acabada. Pero ahora, esta causa aparece justo a tiempo, como hecha a medida”.
En un tono combativo e irónico, cuestionó el discurso oficialista y macrista sobre el pasado reciente: “¿Los argentinos nos votaban porque destruíamos el país? ¿Eso lo dice Macri, ese fracasado que lo sacaron a patadas? ¡Vamos! ¿A quién quieren engañar?”.
La exmandataria también reivindicó su historia política: “Estar presa, mientras los que endeudaron y vaciaron el país caminan libres, es un certificado de dignidad política. Y no me lo otorga la Justicia: me lo otorgan ustedes”.
Criticó además la hipocresía del poder económico y judicial: “Te cierran La Salada porque falta un papelito, pero los que fugan millones de dólares son héroes. Tenemos que tener claridad sobre quiénes son los enemigos del pueblo”.
Sobre el final, convocó a reconstruir el compromiso político con la ciudadanía. “Espero que el peronismo, esa fuerza que abracé desde joven, pueda ser el cauce que el pueblo necesita. Porque el pueblo no se resigna a perder derechos. Y si algunos dirigentes sí se resignan, el pueblo elegirá a otros”.
Cerró su intervención con un llamado a la acción: “A militar, a organizarse, a comprometerse con los problemas de la gente. No con las disputas internas. Eso es lo que espera el pueblo y lo que necesita la Argentina”.