Miércoles 11 de junio de 2025

¿Cuál es la carne que rompe el histórico reinado en la mesa argentina?

Por primera vez, un corte más accesible desbanca al tradicional favorito nacional. Qué hay detrás de este cambio de hábito en los hogares y cómo influye la crisis económica.

Lunes 9 de junio de 2025

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En un contexto de inflación persistente y caída del poder adquisitivo, los hábitos de consumo en Argentina están experimentando cambios significativos. Según datos del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), por primera vez en la historia reciente, el pollo, una de las carnes tradicionalmente menos valoradas en el mercado local se posiciona como la más consumida del país, con un promedio de 47 kilos por habitante al año.

"Es un fenómeno inédito", explicó Carlos Sinesi, director ejecutivo del CEPA, en diálogo con Radio Rivadavia. El especialista atribuyó esta transformación principalmente a motivos económicos: "Este cambio de elección se da porque es una opción más accesible para la mayoría de las familias".

Sinesi señaló, además, la diferencia entre los valores de salida del frigorífico y los precios en góndola, donde se produce una brecha que preocupa al sector. “El kilo de pollo entero se vende entre $3.000 y $3.600, dependiendo del lugar, mientras que la pata muslo ronda los $8.500 por tres kilos”, detalló. En cuanto a los cortes, la suprema se mantiene como el más costoso —alrededor de $7.500 por kilo—, mientras que opciones más económicas como el ala o la carcasa siguen siendo útiles para caldos y sopas.

En cuanto al consumo total de proteínas animales —bovina, porcina y aviar—, el promedio ronda los 115 kilos anuales por habitante. "Ese ya es un techo. Para crecer, tendría que disminuir una de las otras proteínas o aumentar la exportación", advirtió Sinesi, al tiempo que remarcó las dificultades que atraviesa el mercado interno: “El poder adquisitivo no permite pensar en un crecimiento del consumo. La producción solo puede crecer si se exporta más o mejora la economía local”.

Finalmente, destacó el papel social del producto en cuestión, al afirmar que “tiene la capacidad de adaptarse al bolsillo de todos. En este contexto, sigue siendo una opción nutritiva y económica que acompaña a las familias argentinas todos los días”.