A menos de una semana de las elecciones legislativas, La Libertad Avanza enfrenta un nuevo escándalo que profundiza su crisis interna. Ignacio Contreras, concejal electo del espacio en San Vicente, fue detenido tras ser denunciado por su pareja por amenazas y disparos con arma de fuego, en un episodio que la Justicia investiga como un caso de violencia de género.

El hecho ocurrió el domingo en una vivienda rural conocida como “Mi Viejo”, propiedad de Contreras, ubicada sobre el camino Once Boca. Según la denuncia, el dirigente de 51 años habría disparado dentro de la casa durante una discusión. “Me encerré en el baño, quiso entrar y cuando no lo logró disparó contra la puerta”, declaró la víctima ante la policía, quien permanece bajo resguardo.

Efectivos del Comando de Prevención Rural de San Vicente encontraron un arma calibre 9 mm y vainas servidas en el lugar. La fiscal Karina Guyot, de la UFI de San Vicente, ordenó la detención del concejal y el secuestro del arma, mientras avanzan los peritajes y las pruebas balísticas.

Internas y pases de factura

El caso tuvo una inmediata repercusión política dentro de La Libertad Avanza. Daniel Parisini, conocido dirigente libertario y armador en el conurbano, lanzó una durísima acusación contra el presidente del partido en la provincia, Sebastián Pareja, a quien responsabilizó por haber incluido a Contreras en las listas.

“Bala y al río. Y vos, Pareja, dejá de tuitear pelotudeces genéricas que no le importan a nadie y vení a hacerte cargo”, escribió Parisini en la red social X, en un mensaje cargado de violencia verbal y misoginia que terminó exponiendo el nivel de fractura interna del espacio.

Contreras, empresario vinculado a la firma “Lácteos Mi Viejo”, respondía políticamente al coordinador Roberto Armirotti, otro hombre cercano a Pareja. La pelea por el control del armado bonaerense ya venía escalando desde la renuncia de José Luis Espert, y este nuevo episodio terminó de detonar las tensiones.

Silencio oficial y desgaste político

Hasta el momento, ni el presidente Javier Milei ni su hermana Karina —quien coordina la estructura nacional— emitieron declaraciones sobre el caso. El silencio contrasta con la gravedad de los hechos y deja expuesta la falta de respuesta del Gobierno frente a un nuevo caso de violencia machista protagonizado por un dirigente libertario.

El episodio golpea al oficialismo en el tramo final de la campaña, en un contexto de caída de imagen y fracturas internas cada vez más visibles. Mientras la justicia avanza, el espacio que llegó prometiendo “moral y transparencia” vuelve a quedar envuelto en un escándalo de violencia, descontrol y encubrimiento político.