La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) confirmó el nuevo monto de la jubilación mínima que se pagará a partir de enero, con un aumento nominal del 2,5%, atado a la inflación, y la continuidad del bono de $70.000 congelado desde hace casi dos años.

De acuerdo con la Resolución 381/25 publicada en el Boletín Oficial, el haber mínimo pasará a $349.299,32, lo que implica una suba de alrededor de $9.000 respecto de diciembre. Con el bono incluido, el ingreso total de bolsillo llegará a $419.299,32.

Ese monto apenas supera la canasta básica total para un adulto que elabora el INDEC, que en noviembre se ubicó en $406.903. Sin embargo, queda muy lejos de la canasta específica para adultos mayores que calcula la Defensoría de la Tercera Edad, que en su última medición de octubre alcanzó los $1.514.074,13. Incluso con el bono, la jubilación mínima queda así a más de un millón de pesos de cubrir las necesidades reales del sector.

El esquema vuelve a dejar en evidencia el impacto del congelamiento del bono, que perdió gran parte de su valor frente a la inflación acumulada y actúa como un límite para los haberes más bajos.

La actualización de enero también alcanza a otras prestaciones previsionales. La Prestación Básica Universal (PBU) se fijó en $15.788,50 y la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) ascenderá a $274.346. En todos los casos, los ingresos siguen lejos de cubrir el costo de vida que enfrentan hoy las personas mayores.